Dicen que soñar es la representación mental de un anhelo cuya fuerza moviliza a una persona y le hace emprender aventuras inconcebibles.
Eso nos pasa a nosotros, eso les pasa a nuestros clientes, y eso ha hecho que dejemos de ser una agencia de viajes tradicional para dar un paso más allá y convertirnos en un pequeña comunidad de grandes viajeros. Nuestro club es privado porque es pequeño, íntimo y cercano; un punto de encuentro para trotamundos contemporáneos. Nuestros viajeros son nuestros embajadores, y son ellos quienes personalmente recomiendan a nuevos miembros, con el único requisito de que compartan con nosotros el amor por el viaje y el gusto por lo exquisito.
Nuestros viajes se diseñan desde cero, son un lienzo en blanco. Sólo con la cercanía del conocimiento mutuo, la experiencia sobre el terreno y el entusiasmo de dedicar todo nuestro tiempo para que cada viaje sea artesanal y único, podemos innovar. Dibujar una ruta sobre el mapa y mezclar con cuidado todos los ingredientes para convertir cada viaje en una experiencia memorable de esas que renuevan la mente y llegan al corazón.